Fisiología y Psicología del Sueño

Fisiología y psicología del sueño

Algo de lo que podemos estar seguros es de que dormimos todos los días. Una persona cualquiera dormirá una media aproximada de 8 horas por noche. Esto nos lleva a la conclusión de que pasamos 1/3 de nuestra vida durmiendo. A partir de este dato y de las estadísticas de las fases del sueño, podemos llegar al dato de que 1/6 de nuestra vida la pasamos soñando.

Según la ciencia, el dormir nos proporciona un descanso físico y mental. Además permite un asentamiento de la memoria, en cuanto a lo aprendido durante el día, e incluso favorece el crecimiento, la curación y la regeneración del cuerpo físico.

Cabe aquí distinguir el dormir y el soñar. Mientras que el dormir sería la parte fisiológica del proceso, el soñar sería la parte psicológica del mismo.

Una gran parte de la ciencia actual considera los sueños como secuencias de imágenes carentes de significado, generadas por disparos aleatorios de las neuronas mientras dormimos. Aquí cabe preguntarse algo a este respecto. Seguramente estaremos de acuerdo en aquello de que la Naturaleza es sabia, y de que todo lo creado por ésta es óptimo. Como ejemplo, la ciencia ha comprobado que la eficiencia de las plantas en el proceso de fotosíntesis (conversión de la energía de la luz solar en energía vital) es de prácticamente del 100%. Si la Naturaleza es sabia y no desaprovecha la energía, ¿por qué crearía al ser humano de manera que desperdiciara 1/6 de su vida generando sueños que carecen de significado?

Fases del sueño

Cada noche, a lo largo de las horas totales de descanso, se repiten varios ciclos de sueño que pueden durar de 90 a 120 minutos por ciclo. Cada ciclo presenta una secuencia de diferentes fases o estados de profundidad de sueño. Estas fases de sueño se listan a continuación:

  • Despierto: estado totalmente consciente durante vigilia con los sentidos totalmente activos.
  • Sueño ligero: estado adormecido; los sentidos están algo desconectados aunque todavía somos sensibles a los estímulos exteriores.
  • Sueño profundo: los sentidos están muy desconectados de los estímulos exteriores y cuesta despertar; aquí se produce la regeneración del cuerpo físico.
  • Sueño paradójico o REM: el cuerpo está totalmente inmovilizado (excepto los ojos y las puntas de los dedos); se producen los sueños como secuencias de imágenes y con un cierto guión.

El sueño profundo suele aparecer en los primeros ciclos de sueño y está ausente en los últimos. También, en general, la fase de sueño paradójico o REM es muy corta en el primer ciclo (de cinco a diez minutos), y se va alargando conforme se dan más ciclos, pudiendo llegar a una longitud de una hora o más en el último ciclo. Es decir, soñamos más conforme va pasando el tiempo en el descanso de la noche. Cada fase REM cierra un ciclo de sueño y la gráfica siguiente muestra una noche con un total de cuatro ciclos de sueño:

Fase de sueño paradójico o REM

El acrónimo REM viene del inglés Rapid Eyes Movement y significa «Movimiento Rápido de Ojos». Es en esta fase de sueño paradójico o REM donde se producen la mayoría de sueños como secuencia de imágenes y con un cierto guión. Esta fase se caracteriza por una paralización casi total del cuerpo, habiendo movilidad sólo en los ojos y los extremos de los dedos.

Podríamos definir un sueño como un constructo mental en el que se dan secuencias de imágenes más o menos estables, y que se desarrollan según una especie de guión más o menos coherente.

Por lo general, se suelen recordar los sueños al despertar justo después de una fase REM. Se ha comprobado que, conforme pasa más tiempo entre la finalización de la fase REM y el despertar (y hablamos de pocos minutos), hay una menor probabilidad de recordar los sueños, llegando incluso a no recordar absolutamente nada.

¿Qué son los sueños según la ciencia?

La visión más materialista de la ciencia viene a indicar que los sueños son secuencias de imágenes generadas por disparos aleatorios de neuronas, cuyo contenido carece de significado y que permite al cerebro deshacerse de la información inútil del día anterior.

Aunque no recordemos los sueños, soñamos todas las noches de nuestra vida. Una noche cualquiera de 8 horas de sueño podemos tener unas 6 fases de sueño REM. Si suponemos que experimentamos un sueño en cada fase REM, podemos hablar de 6 sueños por noche. Entonces, si extrapolamos estos seis sueños por noche a una vida de 50 años, estamos hablando de un total aproximado de 109.500 sueños. ¿De verdad más de 100.000 sueños en 50 años son algo aleatorio, sin sentido y que realmente no tiene ningún significado?

Algo que podemos comprobar de forma individual y personal es que los sueños afectan nuestro estado de ánimo en vigilia, de forma que nos vemos influenciados en la toma de decisiones ante las diferentes situaciones, más o menos importantes, que nos va presentando la vida durante el día. Ésto es algo que nos lleva a intuir que los sueños van mucho más allá de meras secuencias de imágenes anecdóticas que no aportan nada de valor.

error: Content is protected !!