4
Sep
2024
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«Marta»

Yo tendría cinco o seis años. Un día estaba yo acompañando a mi madre a la tienda de mercería y telas a comprar unas cuantas cosas que le hacían falta. Recuerdo entrar y ponerme a observar diversos detalles de la tienda mientras esperábamos a que nos llegase el turno. Mi vista se desvió a la parte superior de una estantería que había detrás del mostrador. Allí arriba había un brazo blanco de un maniquí, levantado sobre su propia base. Simplemente me resultó curioso verlo. Lo que no imaginaba es que el brazo iba a ser el protagonista de una serie de pesadillas recurrentes que se sucedieron día tras día a lo largo de casi un mes. Y el brazo tenía nombre: se llamaba Marta.

«Es de noche. Estoy en casa y me dirijo hacia la cocina por el pasillo de la entrada [la estructura y los detalles del piso son exactamente igual que en la realidad de vigilia]. Al girar la esquina del pasillo para entrar en la cocina, de repente no me puedo mover. Intento caminar pero me resulta imposible. No sé lo que está ocurriendo. Miro hacia el fondo del pasillo y me encuentro algo que me resulta aterrador. La puerta de la habitación del fondo del pasillo está abierta, y a través de ella sólo se ve oscuridad. Y allí, justo debajo del marco de la puerta y sobre el suelo se encuentra Marta, el brazo blanco de maniquí que he visto esta mañana en la tienda. Marta apunta en cierto modo hacia mí con sus dedos y siento que me atrae hacia ella. No puedo moverme por mí mismo. Intento llamar a mi madre a gritos, pero me resulta imposible articular ni un sonido. El sentimiento es de total impotencia y tengo terror de que Marta consiga hacerme llegar hasta ella en contra de mi voluntad.»

El tipo de sueño se repetiría día tras día a lo largo de un mes. Cabe destacar algunas características recuerdo perfectamente a día de hoy:

  • La estructura del piso en los sueños era exactamente igual a la del piso en la realidad de vigilia (cosa extraña en mis sueños).
  • Los muebles y los objetos que decoran el piso eran iguales a los de vigilia y estaban colocados en las mismas ubicaciones (igualmente extraño).
  • Marta siempre me pillaba por sorpresa cuando yo iba por el pasillo. De repente no podía moverme ni hablar, de forma que miraba automáticamente al final del pasillo para descubrir a Marta allí, en su ubicación de todos los días bajo el marco de la puerta de la misma habitación, y con la habitación totalmente oscura.

Un día en particular, durante ese período, se dió el caso de que entré al sueño directamente desde vigilia, en una transición totalmente suave y sin tener consciencia de haberme ido a domir antes (no quedó registrado en mi memoria).

En el último sueño de la serie volvía a ocurrir lo mismo: yo giraba por la esquina del pasillo para entrar en la cocina y me quedaba paralizado sin poder moverme ni hablar. Y, cómo no, Marta me estaba esperando donde siempre y tratando de atraerme hacia ella sin remedio. Pero esta vez mi padre apareció por detrás mío, armado con una escopeta recortada en sus manos, la cargó y apuntó hacia Marta, reventándola en mil pedazos… ese fue el final de las pesadillas.

A día de hoy

Sabiendo que las pesadillas son una manifestación de las sombras de nuestro inconsciente, tengo curiosidad por volver a encontrarme con Marta en los sueños. Pero esta vez no para volver a sufrir el terror de ser atraído hacia ella, sino para poder «entablar» con ella un diálogo de comprensión acerca de qué papel representaba en aquella época, qué parte de mi psique intentaba llamar mi atención de aquella manera. Ojalá un día pueda «despertar» dentro de un sueño en el que Marta esté presente y pueda hacer las paces con ella. Al fin y al cabo, es parte de mí 😊.

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