«Entre Dos Mundos («The In Between») (2022)
Hace dos años, en un día como otro cualquiera, me dió por ver una película que tuviera como temática los sueños o el más allá, o que al menos tocara los temas. Me puse a buscar y, mira por dónde, me encontré con «The In Between». Era una película producida por Netflix, una especie de película romántica que tocaba el más allá.
Como generalmente suelo hacer antes de decidirme a ver una película, me pasé por la web de Filmaffinity para ver qué decían las críticas de la película. Las críticas profesionales ponían la película de vuelta y media, tachándola de mediocre en casi todos los aspectos. Las críticas de cinéfilos la tachaban de pastelón romántico, de muy sentimental, etc. Y la puntuación media está en 4.9 sobre 10.
Pues a pesar de las críticas y la puntuación, me decidí a verla. ¿Quién sabe lo que puedo experimentar yo al verla? No sería la primera vez que mi perspectiva de una película difiere por completo de la crítica general. Dicen que para gustos… películas.
Y la película me llegó al alma…
«Entre Dos Mundos» toca muchas cosas que son parte de mi vida: la fotografía, la búsqueda de significado, la vida, la muerte, el más allá, las sincronicidades, el amor, el aprendizaje, los altibajos, los traumas, la voluntad, el dolor, la superación, el crecimiento, el enfrentamiento con la sombra personal, la lucha interna, las proyecciones personales, el propósito, atreverse, errar, descubrir, aceptar, dejar ir…
Me resulta fascinante que la historia romántica de la película es tan sólo un pretexto que sirve como excusa para plasmar tantas cosas profundas y de gran calado de una forma muy sutil.
En mi humilde opinión, y bajo mi experiencia personal, puedo comentar que todas las escenas que reflejan situaciones «paranormales» son experiencias totalmente válidas (excepto una escena hacia el final). De ahí que, más que todo lo etiquetado como «paranormal» yo lo reetiqueto como «extraordinario».
La película conecta la vida, la muerte y los sueños de una forma sublime, y que yo diría que es totalmente natural. De hecho, hay un momento en la película en que se «explica» qué es ese estado intermedio. Y yo me quedé boquiabierto al escuchar dicha explicación, sintiendo la piel de gallina, porque esa explicación encaja en muchas culturas ancestrales, en muchas teorías psicológicas y en otro tipo de información que ha sido canalizada en varias ocasiones a lo largo de la historia.
Cada vez que vuelvo a ver la película (y ya van varias veces) el corazón me sigue latiendo con fuerza al «comprender» que la vida, la muerte y los sueños están totalmente conectados, y que la vida va mucho más allá de lo que perciben nuestros sentidos.

«Entre Dos Mundos» hay que verla con el corazón.