25
Oct
2024
0

Incubé un sueño con una pregunta…

Hace unos pocos meses recibí un correo electrónico totalmente inesperado que removió por completo mi estado interior. El contenido del correo pertenecía a un capítulo de mi vida que yo consideraba cerrado y que tocaba de nuevo algunas heridas aún abiertas. Conforme pasó el día, y a pesar de no querer dar ninguna importancia al correo, fui siendo testigo de cómo su contenido empezaba a invadir mis pensamientos y de cómo mi interior comenzaba a removerse de una manera que no me gustaba. Se me planteaban dos escenarios: ignorar por completo el correo (algo que no estaba funcionando) o enviar una respuesta para dejar las cosas claras (algo de lo que no estaba seguro).

El día siguiente visité a un muy buen amigo que vive a una hora y media, y en el viaje de vuelta en coche me vino una idea: escribir la respuesta al correo (sin enviarla) centrándome en dos párrafos clave, ser muy conciso, pero siendo contundente y sarcástico. El objetivo era observar qué me haría sentir dicha respuesta. Así pues, al llegar a casa me puse a escribirla con el ordenador. Una vez terminada sentí una clara división interna: una parte mía quería enviar la respuesta y dar una demostración de contundencia, pero había otra parte que sentía que lo mejor era ignorar todo este episodio como si nunca hubiera ocurrido.

Así pues, con una división interna total, me nació hacer algo que no había hecho nunca antes: pedir consejo a mi Yo Interior, a mi inconsciente, en mis sueños. Imprimí la respuesta en una hoja A4 y también escribí en un pequeño trozo de papel la pregunta «¿cuál es la mejor acción que puedo hacer en cuanto a la respuesta al correo electrónico?». Plegué ambos papeles y los coloqué debajo de mi almohada justo antes de ir a dormir, con la esperanza de recibir alguna respuesta en mis sueños…

Tenía todo mi enfoque en la situación; tenía la intención y la voluntad de establecer ese contacto con mi sabiduría interior; tenía la expectativa de obtener una respuesta de ayuda; y tenía la creencia de que mi Yo Interior estaría ahí para ayudarme a tomar una decisión. Además, sabía que el pequeño ritual de los papeles bajo la almohada ayudaría a reforzar aún más todo ésto.

Esa noche me desperté tres veces. En cada una de ellas recordé un sueño que procedí inmediatamente a registrar en la grabadora de voz del teléfono móvil. Al estar medio durmiendo, no era consciente del contenido de mis palabras. Así pues, después de cada registro volví a dormirme enseguida.

Al despertarme finalmente para levantarme por la mañana, ocurrió algo curioso. Tenía el sentimiento interno de que no tenía que enviar la respuesta. Para mi sorpresa y tranquilidad, era una decisión interior de una fuerza y claridad abrumadoras. Sentí una paz interior completa. Así pues, levanté la almohada, cogí los dos papeles, los desplegué, los rompí en pedacitos y los tiré a la papelera.

El día siguió su curso y, de nuevo para mi sorpresa, mis pensamientos acerca del correo habían cesado y mi interior parecía totalmente en equilibrio. Ya por la tarde, decidí pasar el contenido de audio de los tres sueños a mi diario. Conecté los auriculares al teléfono móvil, abrí la aplicación de la grabadora de audio y procedí a escuchar el primer audio. Era un sueño sin contenido visual, sin secuencia de imágenes, ni siquiera una sola imagen. El recuerdo del sueño era una simple frase que, literalmente, decía así: «Sólo recuerdo que debo esperar al momento adecuado para aportar la verdad». Se me puso la piel de gallina y los pelos de punta, y me invadieron una tranquilidad y una paz abrumadoras. Me reí de alegría. Tenía la respuesta ante mí, con toda su fuerza y contundencia.

Agradecí la respuesta a mi Yo Interior y nació un sentimiento precioso en mí. Un sentimiento de confianza plena y respeto total hacia mi Yo Interior. La asimilación de la respuesta en mi sueño supuso la comprensión y aceptación de la situación a nivel interior, el cierre completo del capítulo, la sensación interna de estar dando un paso en la dirección correcta y una vuelta a mi estabilidad emocional y mental.

Esta fue mi primera experiencia en la incubación voluntaria y consciente de un sueño, y en la obtención de una respuesta muy clara, ya no sólo a nivel físico con palabras, sino a nivel de estado mental y emocional, dándome una claridad y una tranquilidad a nivel interior y exterior sin precedentes. Sentí que había hecho lo correcto y lo más acorde con mi camino interior.

También te podría gustar

El Camino Interior (I)
«En Algún Lugar del Tiempo» («Somewhere In Time») (1980)
Entrevista en el podcast Despierta: «Los sueños, un GPS emocional»
Interpretar y honrar los sueños: constelaciones oníricas

Deja una Respuesta

error: Content is protected !!