Un año de trabajo interior
Hace exactamente un año ocurría un hecho que supondría para mí uno de los golpes más duros a nivel personal. Aquel evento sucedía de forma casi simultánea con el punto final al trabajo que había estado llevando a cabo durante dos años y desde que volví a España.
El golpe a nivel personal suponía un tsunami interno sin precedentes que me hacía sentir «desnudo» ante la crudeza de la realidad (y la desnudez, en forma de símbolo onírico, se plasmó durante gran parte de este año en mis sueños) y, al mismo tiempo, la finalización del trabajo suponía una pausa de dos o tres meses y un respiro a una especie de ahogamiento y pérdida de motivación a nivel profesional.
Yo no era consciente para nada que dichos eventos en sincronía iban a suponer el inicio del período de introspección personal más largo y duro de mi vida.
Por una vez en mi vida y para bien, la tediosa burocracia y el ilustrísimo Ministerio de Hacienda de los Países Bajos bloquearon por completo la posibilidad de volver al trabajo como freelance en los siguientes tres meses. Se abría ante mí un período de incertidumbre a nivel profesional. Sin embargo, el hecho de disponer de tiempo para mí me permitió aislarme un poco del mundanal ruído, cambiar de ciudad de residencia y darme la oportunidad de encontrar silencio y paz interior.
Este contexto me permitió dar el tiempo necesario a mi mundo onírico. Pude seguir leyendo libros, indagando en estudios que se han hecho, y dar a mis sueños toda la dedicación e importancia que se merecían. De hecho, los 512 sueños de estos últimos 12 meses han supuesto una pequeña linterna que ha estado arrojando luz en un camino muy oscuro.
Transitar esta oscuridad ha sido algo muy doloroso. Ir indagando más y más adentro, hasta ser capaz de «salir» del estado de víctima para poder observar mi estado personal interior desde «afuera», darme cuenta del personaje que había estado «interpretando» hasta ese momento, darme cuenta de la falta de respeto que me había tenido a mí mismo, el daño que me había causado mi propia ignorancia… me hizo estallar hacia adentro (o implotar) en más de una ocasión.
Sorprendentemente, a partir del último de los estallidos, mis sueños empezaron a reflejar escenarios donde el agua circulaba bien encauzada y bajo control (agua == emociones). Por primera vez en mi vida mis sueños me estaban indicando un principio de estabilidad a nivel emocional interior. Y así fue ocurriendo en vigilia poco a poco.
Es más, en los últimos tres meses ha ocurrido algo muy interesante. Hasta entonces, los personajes principales en mis sueños eran figuras femeninas, principalmente de mi familia. Sin embargo, en estos últimos tres meses, ha habido un giro de guión, en el que están siendo protagonistas personajes masculinos a quienes asocio características muy en línea con mis valores y creencias.
Ha sido en estos tres últimos meses donde he comenzado a percibir de forma consciente ciertos cambios interesantes en mi comportamiento: ser más quien realmente soy (mostrarme más como soy y no ir adaptándome a los demás); he puesto límites (cosa que no hice en lo que me llevó al golpe personal); coger el timón de mi vida en cuanto a lo que quiero hacer (aceptar la participación en la charla de Galicia y la entrevista sobre sueños en una cadena de televisión autonómica) y, por primera vez en mi vida, dejar de pensar tanto con la cabeza y sentir un poco más con el corazón.
Este año, estos doce meses, han sido indispensables para poder sumergirme en mi sombra, enfrentarme a ella, descubrir un poco más quién soy, aceptarme tal y como soy y, quizás lo más importante, ser capaz de perdonarme a mí mismo.
Hace una semana he retomado el trabajo y vuelvo al mundo de la ingeniería. Para mi gran sorpresa, la motivación que tengo conmigo es enorme, y ahora soy capaz no sólo de volver a disfrutar un trabajo excepcional con un grupo humano de calidad personal y profesional enorme, sino que además soy capaz de concentrarme y enfocarme en él como nunca antes. Y, al mismo tiempo, se siguen abriendo las puertas a más oportunidades en el mundo de los sueños y en la exploración de los mismos. Sigo teniendo la sensación de que «alguien» me está llevando de la mano, y de que hay «alguien» ahí afuera que va moviendo los hilos.
En mis sueños se han ido reflejando varias cosas interesantes: encauzamiento de emociones, transición de un protagonismo de energía femenina hacia un protagonismo de energía masculina, cambios de rumbo inesperado, exploración de nuevos caminos, …
A seguir soñando 😉✨