28
May
2025
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De 12 a 1… y aprendiendo

El 26 de marzo publicaba el primer artículo acerca de las semillas de calea zacatechichi que había plantado. Como las semillas eran tan pequeñas y finas, no era consciente entonces de la cantidad de plantitas que iban a germinar.

Al cabo de unos días de poner las semillas aparecían dos hojitas de lo que era una plantita. La alegría y la ilusión me invadían en esos momentos. Y poco a poco fueron apareciendo más y más, así ¡hasta 12!.

Pero cuando alcanzaron un tamaño de unos dos centímetros y con hojas todavía pequeñas, empecé a observar problemas a la hora del riego que, en cuestión de días, iban a derivar en una «catástrofe». 

Los primeros brotes

Reconozco que no tenía ni idea de jardinería cuando tomé la decisión de plantar las semillas de calea zacatechici. Y me lancé sin más, sin estudiar con detenimiento los posibles requerimientos y cuidados de la planta.

Con toda la buena intención, tomé como sustrato tierra del huerto donde mis padres tienen unos pocos naranjos, pensando que sería una buena tierra para las plantitas cuando crecieran. Tomé esta decisión por el simple hecho de que el clima en esta zona es muy similar a las tierras originarias de la calea, en Méjico.

Había leído de forma superficial que la calea simplemente requiere que la tierra esté algo húmeda, pero no calada de agua. Así pues, procedí a rociar la tierra con agua usando un difusor, de forma que no depositaba una gran cantidad de agua. Lo que observé era un delicado equilibrio inestable, porque poca agua hacía que al día siguiente las hojas se estropearan, y más agua de lo que creía también afectaba a las hojas de forma negativa.

Al cabo de unos días decidí regar con más agua un día, y esperar de 4 a 5 días para volver a regar, pues tiene lógica. Y así lo hice. Pero para mi nada grata sorpresa, el día siguiente morirían 6 plantitas. No conseguía entender lo que estaba ocurriendo, pues no me esperaba que las plantas fueran tan sensibles al agua. En los próximos días morirían dos plantitas más. Reconozco que dentro de mí me sentía fatal por las consecuencias. Al menos quedaban 4 plantitas: dos más grandes y dos más pequeñas.

Finalmente tomé la decisión de indagar de una forma u otra para llegar a comprender qué podía estar pasando. Después de navegar internet contra corriente, descubrí una página web de jardinería vinculada con el chamanismo australiano (cosas de la vida) en la que explicaba que la calea zacatechichi requería de un sustrato para plantas acidófilas, del mismo tipo que para las hortensias, con un porcentaje de mezcla de perlita, unas piedrecitas blancas de tipo volcánico. Pasé por una floristería del pueblo y María, la dueña, me lo confirmó. Me indicó que la tierra que había utilizado es una tierra que, al regarla, se compacta de forma muy rígida, bloqueando y ahogando las raíces. Al escuchar sus palabras se me cayó el corazón al suelo.

Ese mismo día (el sábado pasado) al mediodía me dirigí al Leroy Merlin más cercano y adquirí el sustrato exacto, la perlita y cuatro macetas más grandes. A continuación procedí al transplante. María me comentó que transplantar las plantitas sin tierra de la maceta de origen tenía un riesgo del 50% de que la planta viviera al procedimiento. Era un riesgo que tenía que correr.

Saqué la tierra de las macetas y, para mi desagradable sorpresa, alrededor de la raíz era un bloque de tierra prácticamente sólido. Traté de deshacer el bloque poco a poco, con suavidad, tratando de dañar lo menos posible las raíces. Procedí con las cuatro plantas y finalmente completé el transplate.

El día siguiente morirían dos más, siendo una de ellas la que brotó en primer lugar. Me dolía en el corazón haber llegado a esa situación. De momento estaban sobreviviendo una grande y otra pequeña. Sin embargo, la pequeña no parecía coger fuerza. Y, efectivamente, se apagó a lo largo de dos días.

La calea zacatechichi superviviente salió adelante sin sufrir ningún contratiempo con el transplante. De hecho, fue cuestión de unas pocas horas observar que cogía fuerza. La plantita se muestra robusta tanto en el tallo como en las hojas.

La calea zacatechichi que sigue adelante 😊

Aproveché que todavía me quedan semillas para volver a plantar una por maceta. Ahora sí, regué el sustrato de forma normal, sabiendo que el sustrato de tierra no se compactaría (y volveré a regar cuando la tierra pierda la humedad) y la plantita responde perfectamente, pues ahora las raíces tienen vía libre para recorrer la tierra y expandirse en plena libertad.

Así pues, el aprendiz de chamán se convierte también en aprendiz de jardinero, y sigue adelante con su camino.

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